Los retos del transporte en las regiones metropolitanas son bien conocidos: Falta de espacio, ruido y contaminación atmosférica. Las soluciones también están claras: movilidad eléctrica, carriles bici, transporte de cercanías. Además, la micromovilidad es necesaria para las distancias cortas que constituyen la mayoría de los desplazamientos urbanos.
Cuando pensamos en medios de transporte en zonas urbanas, suelen venirnos a la cabeza las bicicletas, las bicicletas de carga o los e-scooters. Pero un vehículo conocido se está convirtiendo cada vez más en el centro de atención de los viajeros concienciados con el medio ambiente: el monopatín. Los monopatines son compactos, no necesitan aparcamiento, tienen una huella de emisiones prácticamente nula y permiten patinar un poco antes y después del trabajo en la oficina. Por tanto, están predestinados a ser el icono de la micromovilidad. Pero, ¿son realmente sostenibles?
- Skate Green: El futuro de las tablas respetuosas con el medio ambiente
- Tamaño frente a funcionalidad: evolución del diseño de los monopatines
- Electrificación: los monopatines electrónicos conquistan la ciudad
- Sostenibilidad de los e-skateboards: Menos CO₂, más libertad
- Legislación: tira y afloja en torno a los monopatines electrónicos
- Situación jurídica en Europa
- ¿El futuro? ¡Rueda!
La micromovilidad en pocas palabras
Qué es: Medios de transporte más pequeños, a menudo eléctricos, diseñados para satisfacer las necesidades urbanas.
Por qué: Porque el "último kilómetro" suele ser el más difícil. Porque hay lagunas en el transporte público entre un centro de transporte principal (por ejemplo, estación de tren, parada de autobús) y el destino final (por ejemplo, casa, trabajo).
Modos de transporte típicos: E-scooters, bicicletas, e-bikes y (e-)monopatines.
Sus ventajas: Son respetuosos con el medio ambiente, pueden reducir la congestión, mejorar la calidad del aire y suelen ser más rentables y flexibles que los medios de transporte tradicionales.
Aunque los monopatines no producen emisiones durante su uso, en el sector hay preocupación por su sostenibilidad. Muchos monopatines utilizan madera de arce de crecimiento lento procedente de bosques no sostenibles. Y luego están las ruedas de poliuretano (PU).
Pero fabricantes progresistas como Arbor se han especializado en producir tablas de monopatín con materiales de crecimiento rápido, como el bambú o maderas certificadas por la FCS, lo que reduce la presión sobre los bosques y aumenta la longevidad de las tablas.
Bureo va más allá y utiliza redes de pesca recicladas para sus cubiertas. Esto reduce los residuos plásticos en los océanos y además es duradero. Junto con Satori, también han introducido carretes con tecnología EcoThane, en los que se reciclan carretes viejos y se utilizan como núcleo de otros nuevos.
Este enfoque innovador nos lleva directamente a la siguiente pregunta: ¿Cómo cambia el monopatín con su uso en la movilidad urbana moderna?
La urbanización progresiva pide a gritos nuevos conceptos de movilidad, que también tengan en cuenta el viejo monopatín. Porque los medios de transporte compactos son la primera opción para la "última milla". Aunque los monopatines destacan por su pequeño tamaño y ligereza, no siempre están a la altura en cuanto a velocidad, maniobrabilidad y estabilidad. Los cruisers y los longboards ofrecen una mejor experiencia de conducción, pero son más difíciles de transportar.
Aquí es donde los monopatines plegables entran en escena: una mezcla perfecta de compacidad y funcionalidad. Marcas como BoardUp están revolucionando el diseño. Sus patinetes plegables facilitan el transporte y se adaptan perfectamente al estilo de vida urbano.
La electromovilidad domina los debates sobre el giro del tráfico. Los monopatines no son una excepción: combinan velocidad, flexibilidad y conciencia medioambiental, y además llaman la atención con estilo en el tráfico urbano.
Evolve Skateboards está estableciendo nuevos estándares. Además de una autonomía de hasta 50 km, su diseño modular permite a los usuarios alternar entre la configuración de calle y todo terreno.
Naturalmente, la cuestión de la sostenibilidad también está en el punto de mira de los e-skateboards. Aquí es donde entra en juego un interesante estudio realizado por un miembro del equipo del fabricante de e-skateboards Mellow se llevó a cabo. En él se descubrió que los monopatines eléctricos ahorran muchas más emisiones de CO₂ que los coches y otros vehículos eléctricos, incluso cuando se cargan con una mezcla energética en la que predomina el carbón.
¿Cómo es eso exactamente? Un monopatín electrónico consume una media de 12,2 Wh/km. Utilizando el mix eléctrico alemán, un monopatín eléctrico emite una media de 2,4 g de CO₂ por km. En comparación, los autobuses con motor de combustión emiten una media de 68 g de CO₂, los coches eléctricos aproximadamente 24 g de CO₂ y los trenes de metro o suburbanos 14 g de CO₂ por kilómetro y persona. Incluso los e-scooters, con 6,6 g de CO₂/km, siguen estando por encima de los e-skaters.
Esto demuestra claramente que los monopatines eléctricos no sólo son una forma cómoda de desplazarse, sino también una de las más respetuosas con el medio ambiente. Sin embargo, a pesar de sus ventajas ecológicas, su integración en el marco legal está resultando difícil.
El progreso tecnológico se topa a menudo con zonas grises en el ámbito jurídico. También en el caso de los monopatines electrónicos, la legislación sigue luchando con esta nueva forma de movilidad. De momento, no existe una normativa uniforme a escala mundial. Mientras en algunos lugares avanza la adaptación de las normas de circulación, en otros sigue habiendo reservas o incluso prohibiciones. Algunos países, como Australia y Nueva Zelanda, han adaptado sus leyes de tráfico para permitir las tablas eléctricas en determinadas condiciones.
El tratamiento legal de los monopatines electrónicos en Europa tampoco es en absoluto homogéneo. Algunos países de la UE, como Alemania, aún no permiten su uso en la vía pública o no lo regulan claramente. Otros, como Bélgica y partes de Escandinavia, limitan la velocidad máxima a 20 o 25 km/h y restringen su uso a los carriles bici.
Pero hay regiones que pueden servir de brillantes ejemplos de integración con éxito de los e-skateboards en la movilidad urbana. Por ejemplo, en Italia, los e-skateboards están permitidos oficialmente en muchas zonas urbanas: en zonas peatonales, en aceras y carriles bici y en carriles reservados. E incluso en vías de tráfico con un límite de velocidad de 30 km/h.
Estos modelos lo demuestran: Con una normativa clara y una infraestructura adecuada, los monopatines electrónicos pueden integrarse con seguridad en el tráfico urbano y, al mismo tiempo, utilizarse como motor de la movilidad ecológica.
El monopatín se ha convertido en una herramienta eficaz para los desplazamientos urbanos. Muchas personas que participaron en el primer boom de las tablas en su juventud, en los años ochenta o noventa, están volviendo a encontrar su antigua pasión y disfrutando del camino a la oficina de una forma nueva. Puede que algunos más jóvenes se hayan sumado a la moda del longboard o se estén iniciando en el monopatín, para el que también se están construyendo cada vez más parques de skate públicos.
No sólo para estos aficionados, el monopatín representa un futuro más ecológico y flexible de la movilidad urbana. Mientras las ciudades buscan soluciones a la congestión del tráfico, la contaminación y la escasez de espacio, el monopatín demuestra que a veces las soluciones más sencillas son las más eficaces. Con innovaciones avanzadas, enfoques sostenibles y colaboración mundial, los monopatines están impulsando la revolución del transporte de la forma más "cool" posible.
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